Durante mucho tiempo, el rol del padre en la crianza fue visto como secundario: proveedor económico, figura de autoridad o “ayudante” de la madre. Afortunadamente, esto está cambiando. Hoy sabemos que la presencia activa y comprometida del padre es fundamental para el desarrollo emocional, social y cognitivo de los hijos. En este artículo, exploramos cómo puede participar desde el comienzo, qué beneficios aporta y cómo construir una paternidad más presente y consciente.

La paternidad comienza desde el embarazo

Estar presente desde el inicio crea un vínculo más fuerte y prepara emocionalmente para los desafíos de la crianza. Algunas formas de participar:

Más que “ayudar”: corresponsabilidad

El padre no “ayuda” a cuidar, es parte del cuidado. No se trata de “dar una mano” de vez en cuando, sino de compartir tareas y decisiones de forma equitativa:

Corresponsabilidad no es dividir todo por la mitad exacta, sino adaptarse a las necesidades familiares de forma justa y equilibrada.

Impacto positivo en los hijos

Los estudios muestran que los niños con padres involucrados:

Además, observan modelos de afecto, respeto y cooperación en el hogar.

Beneficios para la pareja

Cuando el padre se involucra realmente:

La crianza en equipo permite sobrellevar mejor el cansancio, los desafíos y las emociones intensas de los primeros años.

El desafío de romper con los mandatos

Muchos hombres no tuvieron modelos de padres presentes. Algunos sienten miedo, inseguridad o incluso vergüenza de expresar ternura. Criar de forma consciente implica:

Ser padre presente no es ser perfecto, sino estar disponible y comprometido con amor.

Cómo fomentar una paternidad activa

La importancia de visibilizar y valorar

Una paternidad activa no debería ser vista como algo extraordinario. Es parte de la construcción de familias más sanas y justas. Reconocer el rol del padre no resta valor a la madre: lo complementa, lo amplifica.

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