La llegada de un nuevo bebé transforma la dinámica familiar, especialmente para el hermano o hermana mayor. Lo que para los adultos es una alegría, para el niño puede ser confuso, amenazante o desafiante. Por eso, acompañar este proceso con empatía es clave para fortalecer el vínculo fraternal desde el inicio. Aquí te comparto estrategias prácticas para preparar emocionalmente al hijo mayor antes y después del nacimiento.
¿Por qué es importante prepararlo?
Los niños pequeños suelen percibir los cambios con mucha sensibilidad. El nacimiento de un hermano implica:
- Perder exclusividad.
- Cambios en las rutinas.
- Nuevos límites o esperas.
- Emociones contradictorias: alegría, celos, inseguridad.
Prepararlo no evita todos los conflictos, pero ayuda a reducir la ansiedad y a construir un espacio emocional más seguro.
Cuándo empezar a hablar del bebé
Cuanto antes mejor, siempre con un lenguaje simple y adecuado a su edad. Algunos consejos:
- Mostrale la panza cuando comience a notarse.
- Explicale que un bebé es muy pequeño al principio y necesitará mucho cuidado.
- Usá libros ilustrados sobre el tema.
- Involucralo en preparativos: elegir ropita, armar la cuna, decorar juntos.
Validar emociones desde el principio
Permitile expresar lo que siente, incluso si no es “positivo”.
- “¿Estás un poco enojado porque mamá va al médico por el bebé?”
- “Extrañás jugar conmigo como antes, ¿verdad?”
- “A veces uno quiere que las cosas no cambien.”
Nombrar las emociones y normalizarlas ayuda a canalizarlas sin culpa.
Hacerlo sentir parte
El hermano mayor necesita saber que sigue siendo importante. Algunas ideas:
- Crear momentos especiales solo para él.
- Pedir su “ayuda” con tareas simples y elogiar su colaboración.
- Darle un pequeño obsequio “de parte del bebé”.
- Mostrar fotos de cuando él era bebé y contarle cómo fue su llegada.
Cuidar las palabras y las comparaciones
Evitá frases como:
- “Ahora sos el grande, tenés que entender”.
- “Tenés que querer al bebé”.
Y también evitá comparar (“tu hermano dormía mejor”, “vos llorabas más”). Cada niño necesita sentirse único.
Qué hacer cuando llega el bebé
- Saludar primero al mayor antes de presentarle al bebé.
- Permitir que lo observe, lo toque suavemente (si quiere).
- No forzar el vínculo desde el día uno. El afecto se construye con tiempo.
- Aceptar posibles retrocesos en conducta (chuparse el dedo, usar pañal de nuevo, pedir brazos).
Es normal y pasajero.
Incluirlo en la nueva rutina
Aunque el bebé demande atención, reservá momentos exclusivos para el mayor: un cuento, una salida, un juego corto. Incluso unos minutos al día pueden marcar la diferencia.
Cuidar tu culpa
Es común que los padres se sientan divididos. No podés estar al 100 % con ambos todo el tiempo, y eso está bien. Mostrarles que los amás, aún en los días caóticos, es lo más importante.