La llegada de un nuevo bebé transforma la dinámica familiar, especialmente para el hermano o hermana mayor. Lo que para los adultos es una alegría, para el niño puede ser confuso, amenazante o desafiante. Por eso, acompañar este proceso con empatía es clave para fortalecer el vínculo fraternal desde el inicio. Aquí te comparto estrategias prácticas para preparar emocionalmente al hijo mayor antes y después del nacimiento.

¿Por qué es importante prepararlo?

Los niños pequeños suelen percibir los cambios con mucha sensibilidad. El nacimiento de un hermano implica:

Prepararlo no evita todos los conflictos, pero ayuda a reducir la ansiedad y a construir un espacio emocional más seguro.

Cuándo empezar a hablar del bebé

Cuanto antes mejor, siempre con un lenguaje simple y adecuado a su edad. Algunos consejos:

Validar emociones desde el principio

Permitile expresar lo que siente, incluso si no es “positivo”.

Nombrar las emociones y normalizarlas ayuda a canalizarlas sin culpa.

Hacerlo sentir parte

El hermano mayor necesita saber que sigue siendo importante. Algunas ideas:

Cuidar las palabras y las comparaciones

Evitá frases como:

Y también evitá comparar (“tu hermano dormía mejor”, “vos llorabas más”). Cada niño necesita sentirse único.

Qué hacer cuando llega el bebé

Es normal y pasajero.

Incluirlo en la nueva rutina

Aunque el bebé demande atención, reservá momentos exclusivos para el mayor: un cuento, una salida, un juego corto. Incluso unos minutos al día pueden marcar la diferencia.

Cuidar tu culpa

Es común que los padres se sientan divididos. No podés estar al 100 % con ambos todo el tiempo, y eso está bien. Mostrarles que los amás, aún en los días caóticos, es lo más importante.

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