Muchos piensan que los niños pequeños “no entienden” o “no pueden hacer nada solos”. Sin embargo, desde muy temprano los bebés muestran señales claras de que quieren explorar, elegir y participar. Fomentar la autonomía no significa exigir, sino dar oportunidades seguras para que el niño haga por sí mismo. En este artículo, te muestro cómo acompañar ese desarrollo desde el primer año de vida con respeto y paciencia.
¿Qué es la autonomía?
Es la capacidad de hacer cosas por uno mismo, tomar pequeñas decisiones, resolver problemas simples y expresar necesidades sin depender totalmente de otro.
La autonomía se construye desde:
- La confianza del adulto.
- La libertad de explorar con seguridad.
- La práctica repetida, con acompañamiento.
¿Por qué fomentarla desde temprano?
- Refuerza la autoestima.
- Mejora la coordinación y el aprendizaje.
- Disminuye berrinches (cuando pueden elegir, se frustran menos).
- Desarrolla la capacidad de resolver situaciones cotidianas.
- Fortalece el vínculo desde un lugar de respeto.
Qué puede hacer un niño desde el primer año
A partir de los 12 meses (y con variaciones individuales), el niño puede:
- Sostener su cucharita (aunque derrame).
- Alcanzar su vaso y beber con ayuda.
- Señalar lo que quiere.
- Guardar juguetes simples.
- Intentar sacarse medias o ponerse gorro.
- Participar en rutinas (lavarse las manos, ayudar a tirar un pañal, etc.).
Lo importante no es que lo haga “perfecto”, sino que tenga permiso para intentar.
Claves para fomentar la autonomía
1. Dale tiempo
El niño necesita más tiempo para hacer las cosas solo. Evitá apurarlo.
Ejemplo: en lugar de vestirlo apurado, ofrecé que lo intente con una prenda.
2. Ofrecé elecciones simples
“¿Querés la taza azul o la verde?”
Dar a elegir entre dos opciones promueve la toma de decisiones sin abrumar.
3. Adaptá el entorno
- Utensilios pequeños y seguros.
- Ropa fácil de quitar o poner.
- Juguetes accesibles.
- Zona de juego que no requiera intervención constante.
Un entorno preparado permite actuar sin depender todo el tiempo del adulto.
4. Evitá intervenir de inmediato
Si derrama, se equivoca o se frustra un poco, esperá antes de ayudar. Esa pequeña incomodidad es parte del aprendizaje.
5. Acompañá con palabras de aliento, no con juicio
“¡Mirá cómo lo hiciste solito!”
“Fue difícil pero lo lograste.”
“¿Querés que lo intentemos juntos?”
Evitá frases como “te dije que no podías” o “eso es un desastre”.
Qué evitar
- Hacer todo por él por comodidad o rapidez.
- Reírse o criticar sus errores.
- Impacientarse por el desorden o lentitud.
- Castigar cuando no “sale bien”.
Actividades que promueven autonomía
- Guardar y sacar juguetes.
- Participar en la cocina (verter ingredientes, lavar frutas).
- Poner la ropa sucia en el canasto.
- Regar plantas con regadera pequeña.
- Lavarse las manos con banquito.
Cada pequeña acción cuenta y fortalece su sentido de capacidad.
Autonomía no es independencia total
El niño pequeño aún necesita mucho acompañamiento. Fomentar su autonomía es permitirle hacer con apoyo, no exigir que lo haga solo.
“Te dejo intentar, pero estoy acá si me necesitás.”