Durante las primeras semanas con un recién nacido, la palabra “rutina” puede parecer lejana o incluso imposible. El bebé come, duerme y llora sin un horario claro, y los días parecen desordenados y repetitivos. Pero con el tiempo, podés ir estableciendo una rutina flexible que te ayude a organizarte mejor sin forzar al bebé a seguir un esquema rígido. Aquí te contamos cómo hacerlo de forma amorosa y realista.
¿Es posible tener una rutina con un recién nacido?
Sí, pero no en el sentido estricto de horarios fijos. Hablamos de ritmos predecibles, no de estructuras cerradas. Esto aporta:
- Seguridad al bebé (sabe qué esperar).
- Mayor organización para vos.
- Disminución del estrés diario.
Primer paso: observar el ritmo natural del bebé
Durante las primeras semanas, el bebé marca su propio ritmo. Observá:
- Cuánto tiempo pasa despierto entre tomas.
- Cuándo suele dormir más o menos.
- Cuáles son sus señales de hambre o sueño.
Anotar estos patrones durante algunos días te dará una idea general que servirá como base para tu rutina.
Elementos básicos de una rutina diaria
Una rutina flexible puede incluir:
- Despertar y cambio de pañal.
- Alimentación a demanda.
- Un rato de juego suave o contacto visual.
- Sueño (siesta corta o larga).
- Baño (en el mismo horario cada día ayuda a relajarlo).
- Paseo o contacto con el exterior (si es posible).
- Tiempo en brazos o porteo.
Recordá: no todos los días serán iguales, y está bien. Lo importante es la repetición de ciertos momentos, no el reloj.
Beneficios de una rutina suave
- Mejora el sueño del bebé.
- Favorece el vínculo afectivo.
- Reduce la ansiedad materna.
- Facilita la incorporación de otras personas en el cuidado.
Consejos prácticos para implementarla
1. Elegí 2 o 3 momentos clave para repetir a diario
Por ejemplo, el baño antes de dormir o el paseo después de comer. Esto ayuda al bebé a anticiparse.
2. Cuidá el ambiente
Luz tenue para dormir, sonidos suaves, voz tranquila. Las señales del entorno ayudan a establecer hábitos.
3. No fuerces al bebé
Si está incómodo o no responde bien a cierta rutina, adaptala. El bebé no debe “cumplir horarios”, sino sentirse contenido.
4. Sé flexible contigo misma
Algunos días todo saldrá como lo planeaste. Otros días, no. No pasa nada. La constancia se construye en el tiempo, no en la perfección diaria.
Señales de que la rutina está funcionando
- El bebé llora menos para dormir o comer.
- Se muestra más tranquilo durante los cambios de actividad.
- Vos te sentís un poco más organizada y con más claridad mental.
La rutina también incluye a mamá
Agendá momentos para vos (aunque sean 10 minutos). Una ducha sin interrupciones, un café caliente, una charla con una amiga. Cuidarte también es parte de la rutina.