El ingreso a la guardería es un gran paso tanto para el niño como para la familia. Ya sea por necesidad laboral o por decisión personal, confiar el cuidado de tu hijo a otras personas no es fácil. Por eso, elegir una guardería adecuada es fundamental para que esta transición sea positiva, segura y enriquecedora. A continuación, te comparto los aspectos clave a tener en cuenta.
1. Proximidad y comodidad logística
La cercanía al hogar o al trabajo facilita el día a día. También permite:
- Acudir rápidamente ante cualquier emergencia.
- Reducir tiempos de traslado.
- Tener mayor flexibilidad horaria.
Además, una ubicación conocida ayuda a que el niño se familiarice más rápido con el entorno.
2. Seguridad e higiene del lugar
Visitá la institución personalmente y observá:
- Puertas y ventanas seguras.
- Espacios limpios y ventilados.
- Suelos antideslizantes.
- Materiales no tóxicos y adaptados a la edad.
Preguntá sobre los protocolos ante accidentes o enfermedades, y sobre la política de higiene (lavado de manos, limpieza de juguetes, etc.).
3. Personal capacitado y afectuoso
Los cuidadores deben ser más que supervisores. Buscá:
- Formación en educación infantil o puericultura.
- Buen vínculo con los niños.
- Lenguaje afectivo y paciente.
- Capacidad para contener emociones y conflictos.
Una buena señal es ver a los niños tranquilos, ocupados y atendidos.
4. Estilo pedagógico y valores
No todas las guarderías tienen el mismo enfoque. Algunas son más estructuradas, otras más libres. Algunas trabajan por proyectos, otras por rutinas fijas.
Reflexioná qué tipo de ambiente buscás para tu hijo y preguntá:
- ¿Cómo es un día típico?
- ¿Cómo abordan el llanto, la separación o las rabietas?
- ¿Qué importancia dan al juego libre, al arte, a la lectura?
5. Cantidad de niños por cuidador
Este punto es clave para asegurar atención individualizada. Lo ideal es que:
- Para bebés: 1 adulto cada 3-5 niños.
- Para niños de 1 a 2 años: 1 adulto cada 5-8.
- Para mayores de 2 años: 1 adulto cada 10-12.
Un grupo muy numeroso puede dificultar el acompañamiento emocional.
6. Período de adaptación
Averiguá si la guardería permite una adaptación progresiva, donde el niño pueda quedarse unos minutos al principio, acompañado por un familiar, e ir aumentando el tiempo poco a poco.
Este proceso reduce el estrés y fortalece la confianza.
7. Comunicación con las familias
Una guardería de calidad mantiene un vínculo fluido con las familias. Algunas señales positivas:
- Informes diarios o semanales.
- Reuniones periódicas.
- Canales abiertos para consultas o emergencias.
- Disposición a escuchar sugerencias.
La confianza mutua es esencial para acompañar el desarrollo del niño.
8. Instalaciones adaptadas al juego y al descanso
Un buen ambiente infantil tiene:
- Espacios amplios para moverse.
- Rincones de juego simbólico, arte, lectura.
- Colchonetas, cunas o camas apropiadas.
- Patio o área al aire libre, si es posible.
La estética también comunica: materiales nobles, colores suaves, luz natural… todo contribuye al bienestar.
9. Referencias y opiniones de otras familias
Conversá con madres o padres que ya hayan pasado por esa guardería. Preguntales:
- ¿Están conformes?
- ¿Cómo fue la adaptación?
- ¿Notaron cambios positivos en sus hijos?
Las experiencias reales suelen dar información que no aparece en folletos ni redes sociales.