La maternidad es hermosa, pero también puede ser solitaria. A pesar de estar rodeadas de personas, muchas madres se sienten aisladas, incomprendidas o sin espacio para expresar lo que realmente sienten. Por eso, construir una red de apoyo emocional no es un lujo: es una necesidad. Este artículo te acompaña a pensar cómo armarla, nutrirla y sostenerla.

¿Qué es una red de apoyo emocional?

Es un conjunto de personas que:

Puede estar formada por familiares, amigas, otras madres, profesionales o incluso grupos virtuales.

Por qué es tan importante

Cómo empezar a construirla

1. Identificá quién te hace bien

No todo el entorno ayuda. Elegí personas que:

2. Pedí ayuda, aunque cueste

Muchas veces esperamos que el otro “se dé cuenta”. Pero pedir ayuda clara y directa puede evitar malentendidos:

“¿Podés venir una hora para que me duche tranquila?”
“¿Me acompañás al control del bebé?”
“Necesito desahogarme sin consejos hoy.”

3. Sumate a grupos de crianza

Pueden ser presenciales o virtuales. Compartir con otras madres que están en la misma etapa normaliza y reconforta. No estás sola en tus dudas, cansancio o emociones.

4. Hablá con tu pareja (si tenés)

A veces damos por sentado que el otro sabe cómo estamos. Expresá cómo te sentís, lo que necesitás y cómo podrían acompañarse mejor.

5. Buscá apoyo profesional

Una psicóloga perinatal, una doula o una asesora de lactancia también pueden formar parte de tu red. El cuidado emocional también es salud.

Nutrir la red también es dar

Cuando tenés más energía, podés:

Crear comunidad es tender puentes, no cargar con todo.

Qué hacer si no tenés red

Si sentís que nadie te entiende o te acompaña, no te resignes. Algunas ideas:

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