La cesárea es una cirugía mayor que salva vidas, pero a menudo es minimizada o tratada como “el camino fácil”. Muchas mujeres enfrentan esta experiencia con miedo, dolor, dudas y, a veces, culpa. Ya sea planificada o de urgencia, es fundamental comprender sus implicancias físicas y emocionales para vivirla con más información, contención y respeto. Este artículo te acompaña en ese proceso.

La cesárea también es un parto

Sea cual sea la forma en que tu bebé llegó al mundo, sos madre. No menos. No diferente. Tu cuerpo atravesó una intervención intensa y merece cuidado y reconocimiento.

Qué esperar físicamente

Durante la cirugía:

Después:

Cuidados posoperatorios

Siempre consultá si notás fiebre, mal olor, enrojecimiento intenso o dolor que no mejora.

Impacto emocional

La cesárea puede generar emociones diversas:

Todas esas emociones son válidas. Permitite sentirlas y hablá con alguien de confianza. La salud mental materna también importa.

Lactancia después de cesárea

Puede ser más incómoda al principio por el dolor o la anestesia. Algunas posturas útiles:

Pedir ayuda para posicionarte es clave en los primeros días.

Vinculación con el bebé

El contacto piel con piel puede hacerse incluso en el quirófano o inmediatamente después, si estás despierta. Si no fue posible en ese momento, no es tarde para crear vínculo: abrazalo, hablale, ponelo sobre tu pecho cuando puedas.

Rehabilitación emocional y física

Honrar tu experiencia

No necesitás justificar por qué tuviste una cesárea. Merecés reconocimiento, descanso, compañía y respeto. Tu parto también es valioso. Tu cuerpo también fue casa y canal de vida.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *