La cesárea es una cirugía mayor que salva vidas, pero a menudo es minimizada o tratada como “el camino fácil”. Muchas mujeres enfrentan esta experiencia con miedo, dolor, dudas y, a veces, culpa. Ya sea planificada o de urgencia, es fundamental comprender sus implicancias físicas y emocionales para vivirla con más información, contención y respeto. Este artículo te acompaña en ese proceso.
La cesárea también es un parto
Sea cual sea la forma en que tu bebé llegó al mundo, sos madre. No menos. No diferente. Tu cuerpo atravesó una intervención intensa y merece cuidado y reconocimiento.
Qué esperar físicamente
Durante la cirugía:
- Se realiza bajo anestesia raquídea o epidural (en casos urgentes, puede ser general).
- Dura aproximadamente 30 a 60 minutos.
- Es posible estar acompañada (según protocolo hospitalario).
Después:
- Dolor en la zona de la incisión.
- Dificultad para moverte los primeros días.
- Necesidad de cuidados especiales en la herida.
- Inflamación abdominal y gases.
- Sangrado vaginal (loquios), como en el parto vaginal.
Cuidados posoperatorios
- Evitar cargar peso (excepto al bebé) las primeras semanas.
- Caminar despacio para favorecer la recuperación y evitar coágulos.
- Mantener la herida limpia y seca.
- Descansar lo más posible (pedí ayuda).
- No usar fajas apretadas sin indicación médica.
Siempre consultá si notás fiebre, mal olor, enrojecimiento intenso o dolor que no mejora.
Impacto emocional
La cesárea puede generar emociones diversas:
- Alivio, si fue planificada o necesaria.
- Frustración, si deseabas un parto vaginal.
- Culpa o tristeza, si sentís que “algo falló”.
Todas esas emociones son válidas. Permitite sentirlas y hablá con alguien de confianza. La salud mental materna también importa.
Lactancia después de cesárea
Puede ser más incómoda al principio por el dolor o la anestesia. Algunas posturas útiles:
- “Recostada de lado”: evita presión sobre la herida.
- “Balón de rugby”: el bebé bajo el brazo, apoyado sobre una almohada.
Pedir ayuda para posicionarte es clave en los primeros días.
Vinculación con el bebé
El contacto piel con piel puede hacerse incluso en el quirófano o inmediatamente después, si estás despierta. Si no fue posible en ese momento, no es tarde para crear vínculo: abrazalo, hablale, ponelo sobre tu pecho cuando puedas.
Rehabilitación emocional y física
- Permitite tiempo: no hay que “recuperarse rápido”.
- Hablá con otras mujeres que hayan pasado por lo mismo.
- Si sentís angustia persistente, consultá con un profesional de salud mental.
Honrar tu experiencia
No necesitás justificar por qué tuviste una cesárea. Merecés reconocimiento, descanso, compañía y respeto. Tu parto también es valioso. Tu cuerpo también fue casa y canal de vida.