El lenguaje es una de las herramientas más poderosas que los niños adquieren en sus primeros años de vida. No solo les permite comunicarse, sino también expresar emociones, pensar, jugar y relacionarse. Como madre, padre o cuidador, tenés un papel clave en este proceso. Este artículo te brinda estrategias prácticas y respetuosas para estimular el lenguaje sin presionar.
Cuándo empieza el desarrollo del lenguaje
El lenguaje comienza mucho antes de la primera palabra. Desde el nacimiento, los bebés:
- Escuchan sonidos.
- Reconocen la voz de sus cuidadores.
- Observan expresiones faciales.
- Balbucean y hacen ruidos.
Entre los 12 y 18 meses suelen aparecer las primeras palabras con intención comunicativa. Pero cada niño tiene su ritmo.
Señales de desarrollo típico
Aunque puede variar, algunas etapas orientativas son:
- 0 a 6 meses: balbuceo, sonidos guturales, sonrisa social.
- 6 a 12 meses: entiende su nombre, imita sonidos, señala.
- 12 a 18 meses: dice palabras simples, responde a órdenes básicas.
- 18 a 24 meses: combina dos palabras, señala partes del cuerpo.
- 2 a 3 años: frases simples, vocabulario en aumento.
- 3 a 4 años: cuenta cosas, comprende preguntas complejas.
Si tenés dudas sobre el desarrollo, consultá con una fonoaudióloga infantil.
Qué hacer para estimular el lenguaje
1. Hablarle desde el nacimiento
Narrá lo que hacés, nombrá objetos, cantale, conversá con él aunque no responda. El lenguaje se aprende por exposición.
2. Miralo a los ojos y esperá su respuesta
La comunicación no es solo verbal: las miradas, gestos y pausas también enseñan a dialogar.
3. Usá palabras reales
En lugar de decir “guau guau”, podés decir “perro”. Los diminutivos o sobrenombres constantes pueden confundir.
4. Repetí y ampliá
Si el niño dice “auto”, podés responder: “Sí, un auto rojo. El auto hace brum brum.”
5. Evitá corregir con juicio
En vez de “así no se dice”, probá con: “Sí, se dice zapato, muy bien.”
6. Leé todos los días
Los cuentos estimulan el vocabulario, la imaginación y la atención. Elegí libros con imágenes claras y frases simples.
Qué evitar
- Exponerlo de forma excesiva a pantallas (especialmente antes de los 2 años).
- Compararlo con otros niños.
- Reírse o burlarse si pronuncia mal.
- Corregir todo el tiempo.
El lenguaje se aprende con amor, no con presión.
Cada niño tiene su ritmo
Algunos hablan mucho antes, otros tardan más. No hay que forzar, pero sí estar atentos. Si el niño no balbucea, no señala o no mira a los ojos, es importante consultar para descartar retrasos o dificultades.
Lo más importante: conexión
Más allá de las palabras, lo que más estimula el lenguaje es:
- Sentirse escuchado.
- Ser parte de conversaciones reales.
- Jugar con otros.
- Sentir que lo que dice importa.